"Qué Realicó Queremos": Si el 21 se termina el miedo, la Natividad será posible

Impacto - Por Gladys Sago - Según los mayas, lo que sucede el 21 de diciembre de 2012 es el cierre de un ciclo, donde el odio y el materialismo terminará el sábado 22 de diciembre de 2012 y con ello el final del miedo. En ese día la humanidad tendrá la oportunidad de escoger entre desparecer como especie pensante que con su accionar amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo;
dispuesta a comprender y a tomar conciencia de que todo está vivo y que es parte de ese todo impulsado a existir en una nueva era de luz.

La primer profecía maya indicaba que a partir de 1999, habia 13 años para
realizar los cambios de conciencia y actitud para modificar el camino.El sol, que
es un ser vivo, que respira, al recibir un chispazo de luz del centro de la galaxia
brilla mas intensamente y produce en la superficie erupciones solares y cambios
magnéticos. Eso sucede cada 5125 años y la tierra se ve afectada.Por eso los Mayas
predijeron que el sábado 22 de diciembre del 2012 el sol cambiará su polarización
y producirá una gigantesca llamarada radiante.La humanidad deberá estar
preparada para atravesar la puerta galactica, transformar a la civilización actual
basada en el miedo, en una vibración mucho más alta de armonía;de manera
individual.
Es el No Tiempo, un período de 20 años que empezó en 1992 y que termina en el
2012, donde la humanidad entraría en el último período de grandes aprendizajes,
grandes cambios;con posteriores siete años donde comenzaría una época de
oscuridad que enfrentaría a todos con la propia conducta.Es “el tiempo que la
humanidad entrará al gran salón de los espejos”,una época para que por decisión
consciente cada uno decida cambiar, eliminar el miedo y la falta de respeto de
todas nuestras relaciones.
Profecías, rituales, referencias espirituales. Necesidad ineludible del hombre de
buscar en los signos que dejaron las civilizaciones que precedieron, las evidencias
de seres iluminados que señalaran el camino.En la epifanía de la fecha de la
Navidad, cuyo vestigio mas temprano se encuentra en Alejandría, cerca del año
200 de nuestra era, cuando ciertos teólogos egipcios “muy curiosos” asignaron
no solo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo(aunque despues
se popularizó el 25 de diciembre);se resume el dogma cristiano que se hermana
en el origen del lugar en Medio Oriente con las otras dos religiones monoteístas-
musulmana y judía-y hasta en muchos preceptos.
Cuentan las Sagradas Escrituras que fue de noche y una estrella la que guió hacia
el pesebre natal.Un hecho universal que hasta los agnósticos, en su búsqueda por la
elevación, infieren como emblemático.
Cómo hacer, entonces, para que en este micromundo terreno que se llama
Realicó se reconvierta la negación permanente y se valore lo propio, bajo un cielo
pampeano con infinidad de estrellas.
A qué obedece la idiosincrasia desamorada de cuestionar hasta lo que es palpable.
Dónde habrá que buscar el aprendizaje para encontrar en algunas primeras
intenciones la aprobación y la sonrisa. En qué vericuetos internos estarán
agazapadas las ganas de revolear la amargura, de postergar la indiferencia, de
elevar la magnífica antorcha que ilumine la senda común sin que solamente brille
cuando se gana un campeonato de fútbol.

Resulta curioso que en las conversaciones informales surja la misma inquietud
plagada de los mismos interrogantes y nadie se atreva a conjurar el miedo de
exponerse y opinar a favor(alguna vez).
Si hubo cataclismos, tsunamis, hechos de violencia irreversibles para muchos
países(que en la vieja profecía ya se anunciaban);con situaciones que perduran
y exceden el pensamiento de la gente comun que no puede entender tantos
negociados de toda índole(porque no es más que eso,ganar, siempre ganar espacios
de poder, fortunas inmensas, cargos que por mérito propio jamás hubieran sido
obtenidos)cómo es posible que no se pueda demostrar gratitud por vivir con
calidad medioambiental, con servicios y redes comunicacionales y tener la certeza
que queda muchísimo por hacer, con todo lo creativo que significa HACER.
Convencerse ademas,que se debe hacer en conjunto, con espíritu participativo y la
puesta en practica del precepto de amar al prójimo como a sí mismo; porque aquí
en este lar, el prójimo es el próximo, por la cercanía, por la misma historia, por la
memoria compartida, hasta por la sangre y la heredad.
Si en ese gran salón de los espejos se es capaz de reflejarse en el otro, queda
la esperanza de deponer el infierno cotidiano y resurgir de las cenizas con la
impronta salvadora de una respuesta íntima y veraz. Apuntar como deseo a crecer
sin tanta cruz(aunque se crea que sólo la portaba el Cristo)sin tanta lágrima de
impotencia ni la peor de las(in)capacidades, el conformismo.
No basta con orar o descorchar para que la Nochebuena se multiplique. Hace
falta sentir profundo arraigo;tener compromiso para afianzarlo; arroparse en los
aromas pueblerinos para dejar que fluyan hacia otros rumbos, con la finalidad de
recobrar aires nuevos.Sacarse la ira y ofrecer como prenda un gesto, un abrazo.

Y celebrar. Para celebrarse en armonía.En esta NAVIDAD.

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