"IMPACTO" en el mega-evento de Vèlez - Lo de "Maravilla" fue muy pobre: Retuvo sin convencer

Impacto - Por Amèrico Gonzàlez enviado especial - Sin lucir y sin convencer, Sergio Maravilla Martínez (51-2-2, 28KO) retuvo el título mundial mediano CMB ante el inglés Martin Murray (25-1-1, 11KO), en un combate celebrado en el estadio José Amalfitani de Vélez, en Buenos Aires.
Los jueces de la pelea, que vieron ganar por unanimidad al quilmeño, fallaron con idénticos guarismos: Nicolás Hidalgo (Venezuela), Rey Danseco (Filipinas) y Alejandro Rochín (México), le dieron la pelea al pupilo de Pablo Sarmiento por 115 a 112. Para LA REFORMA E IMPACTO IMFORMATIVO, acreditados oficialmente en el mega evento desarrollado en el estadio Vèlez, ganó el britanico por 116 a 113.
Con los refucilos en un cielo sumamente gris, Sergio Maravilla Martínez (72,300 kilos), con ese boxeo poco ortodoxo que lo caracteriza, comenzó a tomar la escena del cuadrilátero ante un Murray (72,400) sumamente hermético y que mezquinó ante los pocos embates del quilmeño.La derecha de Martínez, al menos en los dos primeros asaltos, mantuvo al británico a rajatabla y sin poder entrar en la corta distancia del argentino, donde podría haber sacado buenos réditos.
Concentrado y sin que el público lo abrumara, Maravilla siguió metido en la suya: buscar algún hueco para inmiscuirse y realizar las descargas.
Haciendo alarde de sus muy buenos reflejos, Martínez, en el tercero, emuló al gran Nicolino Locche: bajó los brazos, adelantó la cara y comenzó a fintear para el delirio de los casi 35 mil asistentes al estadio José Amalfitani.
Sin ofrecer demasiado, y con una guardia de acero, el inglés, tal vez producto de su plan de pelea, se mostró atado ante un quilmeño que manejaba las acciones a gusto y desde todos los ángulos posibles.
Poca acción antes del tercero, sí, pero con un Sergio Martínez abocado a hacer las cosas con inteligencia para no quedar expuesto a alguna contra como le sucedió con Chávez Junior en setiembre del año pasado.
Entrados en el cuarto round el escenario se presentó de la siguiente manera: lluvia torrencial, gente disparando del ring side y las plateas; en el ring, más de lo mismo. El campeón abria con derecha e izquierda y dejaba a Murray fuera de foco.
La mano más clara de Murray, aunque reglamentario, claro está, fue un gancho a la zona de la ingle de Maravilla. El inglés hasta en eso especulaba tratando de sacar de pelea mentalmente al ídolo de los argentinos.
A partir del quinto la pelea cambió su curso. Maravilla comenzó a buscar una posible definición y Murray salió de la pasividad absoluta esa que lo sucumbía.
El reparto se hizo un poco más equitativo, aunque Martínez, que transitó su peor round hasta ese momento, no pasaba demasiados sofocones.
En el round siguiente, Martínez entró en una meseta preocupante.se lo notaba desconcertado.
Martin Murray golpeaba con los rectos y los curvos, sobre todo cuando Martínez se recostaba sobre el encordado.
El Argentino debía cambiar la imagen de la vuelta anterior y responder a su gente, pero se encontró con ese muro ingles llamada “Guardia de Murray”.
Con el inglés suelto y con Martínez haciendo alarde de sus reflejos, el round se consumió sin pena ni gloria.
Displicente con la guardia baja y en retroceso, Maravilla se fue a la lona en el octavo. Apertura de izquierda y directo de derecha mandaron al argentino al tapiz ante un enmudecido estadio velezano.
Con la pelea totalmente en contra, por una sola mano del inglés, Maravilla tuvo que replantear muchas cosas. Intentó, pero no pudo dar una lección.
La izquierda, sugestivamente atada, no fue el pistón que muchos presuponían y a simple vista se pudo apreciar una posible lesión en la mano que se rompió ante Chávez Junior.
Esa mano que fue definitoria ante Paul Williams quedó en el recuerdo de muchos y en los arcones de Martínez, quien sólo se dedicó, entrados en 10 asaltos, a disparar de las garras del inglés.
En ese décimo round, el árbitro italiano Massimo Barrovecchio tuvo una gentileza con Martínez, pues Murray lo mandó al suelo con un golpe lícito, aunque el arbitro interpretara que había sido mitad empujón, mitad resbalón.
Un vuelta más fue para visitante . El décimo primero estuvo a su pedir, pero tal vez por la inexperiencia no pudo resolver la baja performance del argentino.
Lo mejor de Martínez se vio en el último round, cuando, en busca de una definición, y por ahí sabiendo que podría estar abajo, fue a definir, aunque el tiempo se consumió y no quedó para nada más.
Lejos de ser aquel que brilló ante Chávez Junior, Pavlik, William y Cintrón, Martínez dejó muchos interrogantes, sobre todo en si está para seguir en carrera con esas dos lesiones que lo tienen a maltraer.

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