"Que Realico Queremos": "Foto Amé” de Ingeniero Luiggi celebra sus 100 años de trayectoria

Impacto - Por Gladys Sago - Ingeniero Luiggi, la localidad del norte pampeano, alberga una de las casas de fotografía más emblemáticas de La Pampa,”Foto Amé”.Este 14 de marzo se cumplen 100 años del comercio que excedió el ámbito local y por tres generaciones, hasta hoy, brinda sus servicios y dedicación a esta disciplina de las artes visuales que ya ocupa un lugar de preponderancia al colocar las exposiciones de fotógrafos consagrados al mismo nivel que la de los artistas plásticos.

“Foto Ame”es una casa-museo abierta al público, en la que pueden observarse fotos de Bautista Amé -el fundador-, cámaras antiguas, fotos sociales de diferentes épocas que llegan hasta la actualidad, fotografías pintadas, objetos utilizados en escenografías montadas para cada ocasión (bautismos, casamientos, cumpleaños de 15); hasta llegar a un sorprendente bastón que se transforma en un trípode regulable en altura, verdadero objeto de avanzada para su época.
Cuando Bautista Amé llegó a estas tierras en 1904, procedente de la región italiana del Piamonte, tenía sólo 15 años y traía consigo el oficio de carpintero, heredado de su padre. En los primeros años, como todos sus coterráneos llegados al país,se radicó en Rosario, en una Santa Fe donde la colonia piamontesa mantiene vigente el legado del esfuerzo; allí trabajó en la Sección Carpintería del Departamento Vías y Obras del entonces Ferrocarril Central Argentino. Años después llegó al Lote XXI; Sección 1° de la Pampa Central, cuando se realizaban los remates de campos, quintas y solares del “Pueblo y Colonia Ingeniero Luiggi”,que Antonio Devoto había fundado en 1910, donde adquirió un solar en el que construyó su vivienda particular y trabajaba como carpintero. En el año 1913 comenzó su gusto por la fotografía y se apasionó;en la multiplicidad de las actividades docentes, fue el entonces director de la hoy centenaria Escuela N° 76, Domingo Mantovani quien le transmitió los rudimentos de ese arte y la técnica de obtener imágenes duraderas debidas a la acción de la luz. Quedó entonces para la familia la fecha simbólica del 14 de Marzo de 1914 la que se considera como la que Bautista fundó su propio gabinete de fotografía, al que denominó “La Pampa”para luego cambiarlo por el de “Foto Amé”. Inquieto,dispuesto a liberar la magia de su inspiración que pugnaba por plasmarse en imágenes, en 1917 cuando falleció su primera esposa,Bautista dejó su negocio en manos de José Saracco y se radicó en Buenos Aires para capacitarse en las nuevas técnicas de encuadre e iluminación y conocer los materiales y equipos que llegaban de Estados Unidos y Europa. Allí escribió el guión de la película “El pañuelo de Clarita”,de la que fue además productor,actor y director; la misma “cinta”-un film mudo-que habia sido estrenada en el Cristal Palace de la calle Corrientes de Buenos Aires en el año 1919 y que ahora,como remoto reguero de celuloide, llegara en fragmentos al Cine Teatro Municipal del pueblo elegido,al que regresó aquel año. En su negocio, aplicó la impronta de la ciudad, para ello instaló una galería con paredes y techo vidriado para aprovechar mejor la luz; armó cortinados movibles para las diferentes “tomas”;y lo convirtió en el lugar donde acudían las personas de Luiggi y la zona a retratarse. Bautista dejó testimonio con su cámara de innumerables acontecimientos sociales, culturales y deportivos, que atestigua un rico archivo de imágenes. Por segunda vez contrajo matrimonio y tuvo siete hijos -mas los dos mayores de su matrimonio anterior-a quienes en la cotidianeidad del acto creativo, les transmitió su vocación para que continuaran con la empresa
familiar; unos se dedicaban al retocado de las fotos y otros a pintarlas, cuando aún no existían las fotos en color.La toma de fotografías quedaría en manos de quien durante casi 60 años, recorrió como fotógrafo social una amplia zona, José Mateo Amé ,“Pepe”;que supo desprenderse de la tutela paterna por dejar siempre su propia mirada en cada una, para lograr una amplísima trayectoria como profesional en un oficio que le hizo recibir reconocimientos como el Premio “Testimonio” a la trayectoria, otorgado por el Gobierno de La Pampa a través de la Subsecretaría de Cultura y el afectuoso recuerdo de todos los que quedaron registrados por su cámara; fue tambien colaborador del diario La Reforma de General Pico.
Continua ahora la saga familiar con el hijo de Pepe, Diego, quien representa la tercera generación de fotógrafos profesionales y al amparo de la sangre y el apellido retomó las ideas fílmicas del abuelo.En colaboración con la Sociedad “Amigos de las Cupecitas” hizo una película llamada “Tío Rico”,estrenada en el 2013 y protagonizada por vecinos del pueblo y localidades vecinas. “Foto Amé” llega a sus 100 años y se mantiene a la vanguardia de los adelantos tecnológicos como antes, como siempre; no sólo en fotografías sino también en vídeo filmaciones. En las coordenadas de la existencia pueblerina y provinciana, donde predomina tanto olvido, entrecruza el rumbo certero de la imagen, desde los infinitos puntos que primero quedaron grabados en el vidrio, despues en el papel y luego por sensores se digitalizaron. En la distancia centenaria, en “Foto Ame”se reedita cada vez el gesto automático de disparar el obturador para que la lente capte el enfoque buscado, pero por suerte, nunca la inmediatez del flash obnubiló la mirada de quien portara la cámara. Hay pruebas suficientes de laboriosas vigilias en pos de esa suerte de arte convertido en memoria, donde sobre todo rostros, paisajes, conjuntos humanos, aparecen al cabo de los años como signos vitales de un Ingeniero Luiggi y su derredor, que esperan ser tenidos en cuenta para evitar ser profanados por quedar cercados por los nuevos tiempos.
Debe haber gratitud para la familia Ame por preservar su archivo, que es su vida misma; porque ante el desatino de tantos de tornarse indiferentes, devuelven en imágenes a veces gastadas, la historia lugareña, para reiterar el ritual con el mismo entusiasmo del joven Bautista cuando llegó a La Pampa, en empecinada porfía de seguir su camino. Mientras,el espíritu se templa alborozado.

Comentarios